La libertad o el derecho a la libertad, ¿existen?
Libertad, término que implica hacer lo que uno quiera dentro del marco de la ley, de la ética, o de la moral. Es uno de los derechos civiles más
importantes. El fundamento de este derecho nace de la capacidad del
ser humano para ejercitar actos responsables de relación con otros semejantes. El derecho se crea porque cada persona desde su libertad
constituye relaciones en las que empeña su voluntad de ejercicio en
busca de consolidar su propio bien con el del colectivo en el cual se
desenvuelve, y con el cual interactúa.
El derecho a la
libertad, por tanto, debe ir atado a la capacidad del individuo para
asegurar la libertad propia y la del colectivo. Primera falla del
derecho a la libertad. Las reglas éticas y morales constituyen una
limitación a la libertad, así como las leyes y reglamentos,
diseñados para salvaguardar el propio derecho a la libertad.
La
supervivencia de la raza humana se debe históricamente a la
capacidad de comunicación entre los individuos. De esta capacidad
nace la necesidad de agruparse, de unirse a otros para obtener un
bien, o para la común defensa. Aquí muere el individuo y nace el
colectivo, a su vez, nace la necesidad de rendir la libertad
individual a la organización del colectivo mediante imposiciones
ordenadas para la convivencia. Entonces, en nuestra realización
como seres humanos pensantes cabe preguntarnos; ¿en
qué momento hemos tenido la libertad plena que describe el derecho
para realizar nuestros proyectos? ¿Son
nuestros actos efecto del ejercicio de nuestra libertad, o resultado
de la libertad ejercida por otros?
El derecho
a la libertad implica la capacidad de un sujeto para decidir la forma
de comportamiento mas adecuada entre varias opciones, sin excluir o
marginar la conexión y los efectos de su determinación en el
colectivo al cual pertenece. El hecho mismo de estar obligado a esta
toma de decisiones es en sí una limitación a la libertad.
Nuestra
libertad individual y el derecho a ejercerla son inexistentes, puesto
que están subyugados al derecho del colectivo. De tal manera, que
el colectivo, asumiendo que tenga la capacidad real para pensar,
desarrollar y ejecutar ideas, debería tener la capacidad para
acordar en que momento debe pensar y actuar por el individuo para así
garantizar el derecho a la libertad inexistente del individuo, y por
consiguiente, la seguridad propia y la del colectivo.
Ahora
bien, la genialidad del derecho a la libertad está basada en una
quimera, en el absurdo utópico del mismo término, es decir, ¿se
puede tener derecho a ostentar, tener, realizar o vivir por algo que
no ha sido, que no es, y que jamás será real?
En
resumen, la libertad es una ilusión que ha llevado al individuo a
desaparecer, haciéndolo parte de un colectivo que dicta las pautas y
crea el estado de derecho que reafirma el hecho de que es libre aquel
que no forma parte de colectivo alguno. Por lo tanto, para obtener
la libertad se tiene que alcanzar uno de dos estados:
- la completa enajenación – el individuo tendría que dedicar su existencia a evitar el contacto con cualquier otro individuo, convirtiéndose en esclavo de la limitación que el mismo se impondría, ó;
- la inexistencia, en cuyo caso, ¿como aspirar al derecho a la libertad?
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